Me recuerdan[1] el fenómeno de los netbooks. Yo también tengo un gran recuerdo de mi EEE 901.
Una vez más, la involución de la lenta muerte de los teclados. Los teclados para tablet son inútiles sin una mesa, y eso es más importante de lo que parece. Que no haya dispositivos baratos, ultraportátile, con teclado y viables, cambia *mucho* las cosas.