Cuando compramos el primer PC, con Windows 95, lo mismo. El disco de arranque del sistema para reinstalar Windows era un diskete. Lo mirabas mal y se corrompía. Lo acercabas a un altavoz y se borraba. Por la cuenta que tenías, aprendías a hacerte cargo.
Eso es lo que nos hace falta: hacernos cargo. Nos tenemos que caer de la burra y, si quieremos dejar de ser unos alquilados de la vida, prisioneros de los términos y condiciones de los techbros de Silicon Valley, más nos vale hacernos cargo. /4