La magia de Internet era que puedes tener dos dispositivos en cualquier lugar del mundo y pueden establecer una conexión y comunicarse casi instantáneamente con un coste despreciable.
¡Pero ojo! Quizá la introducción de los NATs en las redes domésticas (quiero recordar que el NAT no era común en módem tradicional, y que el primer ADSL que tuvimos era una tarjeta PCI o similar que le daba la IP directamente a u ordenador) tuvo un efecto significativo que anuló parte de la magia.