En 2018 cerré mi cuenta de Facebook. En 2020 decidí no aportar nada "original" en Twitter. Me he puesto un recordatorio para borrar mi cuenta de Twitter en una semana.
Me resistía, porque aún hay gente que pone cosas muy interesantes sólo en Twitter, todavía hay gente que conozco que sólo me sigue allí y porque ocasionalmente participaba en las notas de la comunidad. (Y la verdad, ciñéndote a la vista cronológica, creo a nivel de lectura, Twitter sigue valiendo la pena.)