A mediados de octubre, en mis experimentos sobre comunidades, monté un pequeño VPS con unos pocos servicios. Uno de ellos, un repositorio Git.
Esta mañana, leo una conversación casual sobre como lo primero que hay que hacer cuando uno expone un repositorio Git a Internet es protegerlo contra las empresas que los usan para alimentar sus LLM.
Digo, "!bah!" pero le echo un ojo y 18gb de logs de acceso al servidor web que muestra el repositorio.
El nuevo mundo no es nada feliz.